Cien pájaros volando juntos es una buena imagen.
Son ya las 00.30h
del día después (DD)
del día cien (D100),
el día después del día cien (DDD100).
Llego tarde.
Pero me permitiré celebrar dos descubrimientos a la vez:
Los que en tu caso serían
a) Saber cuáles son los planes en Alella
b) Mis braguitas favoritas
En el mío se parecerían más a
a)Sé cómo hacerte nadar fundiendo a Phelps
b)Te presenté a John Denver
Me he llevado un papelito a la cocina para anotar ideas fabulosas que no se han manisfestado, así que puedo ya afirmar, según han ido las cosas esta noche, que a mí, el follón de las notas escritas a cachos y en letra rápida no me acaba.
Nunca he llegado a decírtelo. Uno de mis vicios es bueno. Me encanta pasarlo todo a limpio.
Y por eso le hago la
Ola única a
Tim Nobel, el reciclado de la foto de ayer. Ya sabes cuál es la imagen, de qué va eso: sola en frente del ordenador, con Julia arriba, en la litera, feliz como una perdiz, leyendo un libro rarísimo con título rarísimo también, y con letras que nunca había visto: una e cerilla, diéresis en consonantes y una barbaridad de zetas y uves dobles, ella, concentrada y pensándose de colonias, yo levantando primero un brazo y luego otro.
La cuestión es que pierdo hilos. Y que acabo haciendo la
Ola única y no escribiéndote nada para que leas mañana por la mañana desde el Paraíso de los Pedeefes. Voy a arrancar. He avisado. Ahí voy. A la de tres. A la de cien. Ja, ja. Estoy chisposa.
cien / 100 / C
Cien era (o es) una marca de jabón. Me suena a eso. A jabón verde envuelto en papel amarillo. Mierda. Eso era el
Heno de Pravia. Qué más da.
Como ves, 100 son las entradas que tiene nuestra criatura maligna del amor. Cien es también el número de días que han pasado desde el primero. El número exacto y sin redondear. C, ya que me noto en plena carrerilla, es mi surname capital letter, ya que estamos. El número de años de soledad de García Márquez (es un título precioso aunque sigo prefiriendo Les nits difícils, de Buzzati), las cien palabras de los que se exigen números entre letras, las más de cien mentiras que Sabina arregló, un bonito cadillac, una matrícula, sonetos repipis, las cien preguntas a las que temen los que no tienen claro si responder hard o strong, top hits extensos, o cien razones para esto de las cuales no sabría elegir menos de cien (mil).
Y después de mi reflexión decido que me quedo con esta:
Lo que me gusta
de ese número
es poder decir
algo parecido a:
y que cumplas muchos más, B.
